
Salinger pasó allí solo seis meses en 1938, pero los responsables de la universidad han pensado que esta breve estancia puede atraer a los fans del escritor.
Parece que a los abogados de Salinger (y al propio Salinger, claro) no les gustó mucho la iniciativa y la universidad tuvo que cambiar el nombre de la "beca Salinger", pero aún la conceden, y con el mismo premio adicional: dormir en la cama en la que lo hizo el creador de Holden Caulfield.
Por cierto, son 30.000 euros.
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