Por encima del mar, desde la orilla americana del Atlántico
¡Si yo hubiera podido, oh Cádiz, a tu vera,
hoy, junto a ti, metido en tus raíces,
hablarte como entonces,
como cuando descalzo por tus verdes orillas
iba a tu mar robándole caracoles y algas!
Bien lo merecería, yo sé que tú lo sabes,
por haberte llevado tantos años conmigo,
por haberte cantado casi todos los días,
llamando siempre Cádiz a todo lo dichoso,
lo luminoso que me aconteciera.
Siénteme cerca, escúchame
igual que si mi nombre, si todo yo tangible,
proyectado en la cal hirviente de tus muros,
sobre tus farallones [1] hundidos o en los huecos
de tus antiguas tumbas o en las olas te hablara.
Hoy tengo muchas cosas, muchas más que decirte.
Yo sé que lo lejano,
sí, que lo más lejano, aunque se llame
Mar de Solís o Río de la Plata,
no hace que los oídos
de tu siempre dispuesto corazón no me oigan.
Por encima del mar voy de nuevo a cantarte.
Rafael Alberti, Ora marítima
Recuerdo que los comentarios críticos no son únicos.
1.- Señale y explique la organización de las ideas contenidas en el texto
La estructura externa de este poema de Rafael Alberti está formada por 22 versos sin rima, agrupados en cuatro estrofas desiguales (las dos primeras de cinco versos, las dos últimas de seis). Además, se observa que en las cuatro estrofas aparece una combinación libre de versos alejandrinos, endecasílabos y heptasílabos. [No es necesaria]
En cuanto a su estructura interna, presenta una disposición libre, característica de los composiciones líricas, aunque en este caso concreto se organiza en torno a la figura retórica del apóstrofe, pues el yo poético conversa con un tú poético, que en el poema es encarnado por Cádiz. A partir de este tema, el poema se construye de la siguiente forma:
a) El poeta dialoga imaginariamente con Cádiz y le pide disculpas por no estar ahora a su lado, como cuando él era un niño y caminaba descalzo por la orilla del mar (primera estrofa, cinco primeros versos). El poeta también insiste en que siempre ha llevado a Cádiz en su corazón y siempre la ha tenido presente en sus palabras (segunda estrofa, versos 6-10). Esta parte viene marcada por una oración condicional: la primera estrofa es la proposición subordinada “Si yo hubiera podido, oh Cádiz, [...] hablarte como entonces”, y la segunda estrofa es la proposición principal: “Bien lo merecería, yo sé que tú lo sabes, por haberte llevado tantos años conmigo”.
b) El poeta (tercera estrofa, versos 11-16) suplica a Cádiz que escuche lo que tiene que decirle, igual que si estuviera ahora a su lado.
c) El poeta sabe que se encuentra en la otra orilla del Atlántico, en el Río de la Plata (Argentina), pero también sabe que la distancia no va a impedir que Cádiz lo escuche, ni que él cante su tierra natal (cuarta estrofa, versos 17-22).
2.a- Indique el tema del texto
Rafael Alberti plantea el tema de la nostalgia o añoranza de la tierra natal (Cádiz en este caso concreto), desde la perspectiva del exiliado en la otra orilla del Atlántico.
2.b- Resuma el texto
Desde la costa americana del Atlántico (el Río de la Plata) el poeta Rafael Alberti dialoga con Cádiz, su patria natal en cuya orilla jugaba de niño, y le suplica que escuche su canto igual que si estuviera presente, y no en un lugar muy lejano, porque el poeta siempre lleva a Cádiz en su corazón y siempre ha cantado a su tierra como “todo lo dichoso" y todo "lo luminoso" que le ha acontecido.
COMENTARIO CRÍTICO
El poeta Rafael Alberti dedica este poema a
su Cádiz natal desde el exilio.
Como
hemos visto el tema central del poema es la nostalgia que el exilio hace sentir
al poeta. Este tema es uno de los centrales en la obra de Rafael Alberti, que
se ve alejado de su tierra por razones políticas tras la guerra civil española.
La nostalgia es un sentimiento que nos alcanza a todos en un momento u otro de
la vida, la añoranza por lugares o personas que no están a nuestro lado por una
u otra razón. Sin embargo, estar exiliado significa que no es el tiempo o las
circunstancias de la vida las que hacen que nos hayamos alejado de aquellos a
quienes amamos, sino que son cuestiones políticas las que nos obligan, muchas
veces so pena de muerte, a huir de todo lo que llamamos hogar.
El exilio sigue siendo un tema importante en
la actualidad como lo fue en la época de la guerra civil, basta mirar a nuestro
alrededor para encontrar personas que han debido abandonar su tierra y su
familia, tanto por razones políticas como por razones económicas. De hecho, el
exilio económico es tremendamente habitual en nuestra sociedad, vemos
continuamente personas que llegan a nuestro país buscando un futuro, a la vez
que contemplamos que nuestro propio futuro y el de quienes nos rodean se
ennegrece y se hace más difícil.
La crisis que estamos sufriendo vuelve a
poner el tema del abandono de la propia tierra en primera plana por los que se
van buscando trabajo en otros lugares, como por los que aún se están preparando
o empiezan su formación universitaria sabiendo que es muy probable que tarde o
temprano, para desarrollar su profesión, se vean obligados a irse de España.
¿Es este exilio económico menos grave que el
político? ¿Acaso la añoranza de quien se va buscando una salida profesional es
distinta de quien se ve obligado a huir por razones políticas? ¿Cómo medir el
grado de fuerza, de obligatoriedad de esta huida? Es difícil pensar que quien
no puede volver porque en su país solo tiene una cola del paro esperándolo esté
menos forzado a permanecer lejos y echando de menos a los suyos.
Por otra parte, al hablar de la nostalgia hay
un tema que no puede obviarse y es la capacidad de mejorar el pasado y nuestras
relaciones con quienes lo poblaron que tiene nuestra memoria. Cuando recordamos
seleccionamos aquello de nuestro pasado que guarda un mayor vínculo emocional
con nosotros. Son recuerdos tamizados por la pátina del tiempo que nos hacen
pensar que, como suele decirse, cualquiera tiempo pasado fue mejor, cuando en
realidad puede que seamos nosotros, nuestro cerebro, nuestra memoria, quien
idealice personas, lugares y relaciones al darle un colorido emocional e ideal
del que probablemente carecían en el momento en que tal pasado fue presente.
La nostalgia del tiempo perdido, de un tiempo
más luminoso en el que éramos felices, en el que éramos niños, en el que éramos
mejores o estábamos rodeados de mejores personas, puede ser también una forma
de evadirnos de la realidad, de pensar que existió un tiempo sin problemas,
ordenado, fuera del caos en el que nos desenvolvemos a diario. Por supuesto,
esto solo es una ilusión, todo presente está lleno de problemas como todo
pasado está lleno de soluciones.
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