EL DISCÓBOLO DE MIRÓN

Mirón nació en Eleuteras, ciudad situada entre el Ática y Beocia, trabajó fundamentalmente con el bronce. Las fuentes literarias le atribuyen gran cantidad de obras, pero la más famosa era una vaca de bronce expuesta en la Acrópolis que podía confundirse con una vaca real.
El Discóbolo es una obra del siglo V A.C., entre los años 460-450. El estilo es griego clásico y está realizada mediante fundición en bronce. 
COMPOSICIÓN:
El artista imprimió un gran dinamismo al cuerpo del Discóbolo, eligiendo el momento en  que el atleta sitúa el disco hacia atrás, paso previo e inmediato al enderezamiento de su cuerpo para lanzarlo.
El objetivo de Mirón no era ser fiel a la realidad; de hecho, la postura responde más a la impresión de movimiento que quería trasmitir que a la posición real que adoptaban los lanzadores de disco. Este artista realizó un gran esfuerzo por distanciarse del hieratismo de la época arcaica y se convirtió en el escultor del movimiento.
Mirón dedicó especial atención al estudio de la tensión entre las diversas formas geométricas que configuran el cuerpo. La composición del Discóbolo está pensada a partir de triángulos y curvas: la cabeza, las caderas y los pies formas una media circunferencia que se opone -en un equilibrio precario, responsable en gran parte de la sensación de movimiento- a la otra media circunferencia que dibujan los brazos extendidos: el derecho, hacia atrás, para coger impulso, y el izquierdo, apoyado sobre la rodilla derecha. También es apreciable una línea dinámica en forma de zigzag que va del disco hasta la parte derecha de la espalda, de ésta a la cadera, de la cadera a la rodilla y de la rodilla al pie levantado.
Además de utilizar complicadas formas geométricas para dinamizar la figura, Mirón consiguió el extraordinario ritmo del Discóbolo al representar los rasgos más característicos del cuerpo de un individuo según el modelo de los antiguos egipcios. Así, como se observa en las pinturas egipcias, el torso es visto frontalmente, mientras que piernas y brazos se plasman de perfil.
CONTENIDO
El Discóbolo representa a un joven en su máxima plenitud física -ilustra el ideal atlético de la época- a punto de lanzar el disco.
El mérito del artista reside en el hecho de haber elegido un modelo humano en una actitud que hiciera creíble y natural la postura forzada. A pesar de ello, si alguien intentara lanzar el disco partiendo de esta postura, lo que conseguiría es que éste le cayera a los pies, ya que la escultura fue hecha para crear la ilusión de movimiento y no para mostrar la técnica de los lanzadores de la época.
Luciano, escritor griego del siglo II d.C, describió la obra: " encorvado en la postura de quien se prepara a lanzar, vuelto hacia la mano que sostiene el disco y doblando un poco la otra rodilla, como dispuesto a levantarse y lanzar". Por esta cita sabemos que la única copia romana del Discóbolo conservada con la cabeza correcta es la conocida como copia Lancelotti del Museo Romano delle Terme, hecha en mármol.
El Discóbolo supuso un avance decisivo en el estudio del movimiento, de la tensión muscular y de la integración de la figura en el espacio. Pero todos estos logros estuvieron regidos por el principio de la plástica clásica: la frontalidad del punto de vista.
Los escritores antiguos reconocieron el empeño de Mirón por reproducir la realidad, captar el movimiento, buscar nuevas formas y respetar la simetría, pero censuraron su desinterés por los aspectos emocionales y la obsesión por los detalles superficiales.
El Discóbolo pertenece a la época del Clasicismo inicial y, en consecuencia, aún muestra algunas características del periodo arcaico: la cabeza conserva reminiscencias de la inmovilidad del estilo anterior, la sonrisa se parece todavía a la expresión característica de los kouroi y los cabellos semejan un casco de pequeños rizos uniformes.
El original (perdido), era de bronce. Esta técnica permitió a Mirón plantear figuras metálicas en posiciones de difícil equilibrio, mientras que a las copias de mármol había que añadirles soportes para evitar que se rompieran.

DETALLES
  • Movimiento: Lo que hace a esta escultura diferente a las demás es que aquí se empieza a romper con la frontalidad. El movimiento se ve sobre todo en el momento que se retrata; es el momento de concentración para lanzar el disco, donde las articulaciones se flexionan.
  • Arcos: El movimiento lo generan sobre todo dos arcos imaginarios. Uno va de los hombros, cabeza y llega hasta el pie levantado; otro va desde la cabeza, por la espalda hasta el otro pie. Son líneas curvas, lo que producen un gran dinamismo.
  • Anatomía: Como toda escultura griega clásica que se precie, hay un profundo estudio de la anatomía.
  • Cara: Aunque en el cuerpo se intenta dar movimiento, en la cara aún encontramos signos de frontalidad e hieratismo. Su cara no responde al esfuerzo que refleja el cuerpo, siendo un rostro sereno, vacío de sentimiento.
  • Discóbolo: El discóbolo significa el Lanzador de disco. Algunos teóricos afirman que este lanzador era Hyakinthos, atleta griego del que se había enamorado Apolo y que había asesinado con un disco.
  • Color: Aunque muchos no lo piensen, la mayoría de la escultura y la arquitectura griega que ha llegado a nosotros en blanco inmaculado, originariamente estaba policromada con colores vivos.



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