LA CULTURA DE LA ADICCIÓN /¿QUÉ SE PUEDE HACER?

Las personas adictas viven en un entorno distorsionado debido a la compulsión que sienten y a la ansiedad que ello conlleva, veamos algunas de las características de su mundo:

Valores y Creencias Adictivos: Se produce una alteración en los valores y creencias, en las prioridades de la persona. Suelen incrementarse las relaciones sociales que refuerzan esta conducta o están directamente asociados con ella. Se suele desconfiar de las personas que no sufren la adicción.
La prioridad es evitar el dolor que provoca la ausencia de la sustancia a la que uno es adicto (en este caso de la conducta de jugar)

Lenguaje y Jerga: A veces se crean formas muy cerradas de lenguaje para referirse al mundo de la adicción que contribuyen a aislar al sujeto, así como le ayudan a reconocer a quienes están en su misma situación.
Rituales y Prácticas Adictivas: En ocasiones la adicción se rodea de rituales (supersticiones de buena o mala suerte en el caso de la ludopatía) que contribuyen a situar al sujeto en aquella situación que desea, haciendo más vívida la experiencia.

Relaciones Sociales: Los adictos buscan a personas que compartan su valores y rituales relativas a la adicción que sufren. De esta manera  se evita la incomodidad de confrontación o cuestionamiento y se refuerza la negación del problema. Aquellos que comparten su adicción se convierten en su grupo social de referencia.

Relaciones Familiares: Las relaciones familiares se deterioran mientras en proceso adictivo avanza.  
Aunque el tratamiento no tiene que ser voluntario para ser efectivo, si la persona no colabora es mucho más complicado trabajar para vencer el problema. En cualqueir caso, hay algunas actuaciones que las familias del adicto pueden llevar a cabo:
  • Las familias de jugadores patológicos pueden solicitar la prohibición de que entren a ciertos lugares de juego, como bingos y casinos.
  • Si existen indicios razonables de juego patológico, acudir a profesionales especializados.
  • La ludopatía rara vez tiene una sola causa o circunstancia. Requiere de la intervención de especialistas de la psicología para diseñar el proceso de deshabituación.
  • Es frecuente que el ludópata tenga una personalidad inmadura, miedos, sentimientos de inferioridad y falta de responsabilidad.
  • Como una de las características del ludópata es la impulsividad, la intervención consistirá en una reestructuración de la personalidad, que le permita afrontar situaciones difíciles, tolerar la frustración y aprender a fijarse limites.
  • Además debe intervenirse en el entorno familiar o social, como en cualquiera otra adicción.
  • La familia debe entender que se trata de una enfermedad y asumir la responsabilidad de acompañar y ayudar al paciente en el proceso de deshabituación.
  • Y la prevención. Sin ir más lejos, es importante que los hijos no oigan frecuentemente que una lotería o un juego solucionaría nuestras vidas.





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