HOPPER: PINTAR LA SOLEDAD

Para comprender la soledad que siente Holden Caulfield, el desarraigo y el alejamiento de cualquier ser humano no hay nada como acercarse a la obra de Edward Hopper (1882-1968).
Tras la Segunda Guerra Mundial y durante la década de los 50, la sociedad norteamericana vive un periodo de auge económico que parece confirmar la idea del sueño americano: el sistema funciona y siguiendo las reglas cualquiera puede llegar a triunfar.
Pero hay mucho más. Esta próspera sociedad es también autocomplaciente, conservadora y reaccionaria que crea individuos desarraigados, aislados en medio de la muchedumbre de las grandes ciudades.
La soledad casi sobrecogedora que nos muestra Hopper en sus obras, que frecuentemente reflejan escenas de Nueva York: calles desiertas, teatros medio vacíos, estaciones de gasolina, hoteles,... Cuando aparecen personas como en "Criaturas Nocturnas", no se hablan, aparecen bajo una despiadada luz eléctrica que muestra unos cuerpos que casi se encorvan para separarse aún más de los otros. Las grandes superficies y las tintas planas que este autor utilizan remarcan la distancia que aparece entre personajes que parece extenderse y hacerse insalvable.
Esta es la sociedad que denunciarán los beatnik con Kerouac al frente y que generará una juventud rebelde, sin esperanza, como la que muestra Salinger.




Más información sobre Hopper: http://elpais.com/cultura/2012/06/07/actualidad/1339096996_908292.html http://cultura.elpais.com/tag/edward_hopper/a/ http://elpais.com/especiales/2012/hopper/
http://xn--antoniomuozmolina-nxb.es/2012/06/dos-miradas-americanas-2/

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