NOVELA SEXTA

imágenes del libro en: http://www.arsliber.com/bibliofilia/decameron/decameron-jornada-iv.htm


Esta novela sexta trata temas típicos del Decamerón como el sentimiento de tristeza o dolor por la muerte del amado.
En la ciudad de Brescia se encontraba un hombre llamado micer Negro, quien tenía una hija a la que llamó Andreuola. Ésta, joven, hermosa y sin marido se enamoró de Gabriotto, un apuesto hombre de baja condición.
Con la ayuda de su nodriza, Andreuola y Gabriotto se casaron, para que estar juntos hasta que llegase la muerte.
Una noche la joven tuvo un sueño en el que, después de estar juntos en el jardín de Andreuola, Gabriotto moría, llevándoselo una cosa oscura que no pudo reconocer.
Ella con gran tristeza se despertó, no dejando que Gabriotto viniese la noche siguiente, por el miedo a que le pasase lo ocurrido en el sueño.
Para que su amado no sospechase de que estaba con otro, dejó que viniese la noche siguiente. Después de un alegre momento juntos, Gabriotto le preguntó por qué no lo había dejado venir la noche anterior, y ella le dijo que era por el horrible sueño que había tenido.
Gabriotto le explicó que no creyese en los sueño, ya que sino él no se hubiese reunido con ella por un sueño que tuvo, en el que moría porque una perra negra le arrancaba el corazón.
Más tarde, después de estar juntos, sintió un fuerte dolor en el costado y murió. Andreuola la ver estó lloró en su regazo. Después llamó a su nodriza, que era la única que sabía de este amor, y le contó lo sucecido, diciéndole que sin su amor no podría vivir y que se mataría.
Su nodriza, al ver esto le dijo que así no conseguiría nada, y que podrían enterrarlo en ése jardín o dejarlo fuera de éste para que alguien lo encontrase. Andreuola no quería esto ya que era su amado y quería honrarlo. Por eso decidió rodearlo de rosas y llevarlo hasta la puerta de su casa.
En el camino fueron encontradas por los guardias, que la llevaron ante la señoría. Éste intentó forzarla sin conseguirlo ya que ella se defendió.
Éstas cosas le llegaron a los oídos de su padre, micer Negro. Andreuola llorando se arrojó a sus pies y le pidió perdón por ocultárselo. Micer Negro dijo que no pidiese perdón ya que le hubiese gustado mucho conocer a su amado, y que por esto lo honrarían como es debido.
Ordenó que preparasen un gran funeral en honor a Gabriotto, al que acudió también sus padres y casi todo el pueblo.
Andreuola queriendo complacer a su padre se hizo monja, junto a su nodriza, en un monasterio muy famoso, y así vivieron honradamente mucho tiempo.

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