Los antiguos mitos nórdicos imaginaron el cosmos como una serie de regiones o mundos independientes, cada uno hogar de una raza distinta de seres, desde gigantes a enanos. Tales mundos se apoyaban en las raíces y ramas de un gran fresno llamado Yggdrasil o árbol del mundo.
Yggdrasil significa "el caballo de Ygg (Odín)", en la lengua lírica de los poetas escandinavos, Odín adquirió la sabiduría de las runas al colgarse de él. El árbol era además el hogar de varios animales. Un águila y un halcón (el águila vivía en la copa y entre sus ojos se sentaba el halcón Vedrfölnir, el águila formaba los vientos al batir sus alas) vivían en sus ramas más altas, y en la base moraban muchas serpientes, gobernadas por un dragón o una gran serpiente. En medio vivía una ardilla (Ratatosk, que llevaba ofensivos mensajes de la serpiente que vivía a los pies del árbol al águila que habitaba en las ramas más altas) y cuatro ciervos (Dáin, Dvalin, Dúneyr y Durathrór)
El árbol del mundo Yggdrasil sostenía el cosmos entero, desde las regiones más profundas del inframundo hasta el cielo más alto, era la espina dorsal del universo.
En la base de Yggdrasil había tres enormes raíces. Según ciertas fuentes, una sostenía Asgard, hogar de los Aesir o dioses principales. En otras versiones, Asgard era una morada que se alzaba en el aire sobre algunas ramas y estaba unida a los otros mundos por el puente de Bifrost, que tenía forma de arco iris. La segunda raíz del árbol sostenía Jotunheim, gélido hogar de los gigantes helados. Cerca se hallaba enterrada la cabeza cortada del dios de la sabiduría, Mimir, y el pozo del mismo nombre, con sus aguas cargadas de conocimientos y sabiduría. La tercera raíz se extendía hasta otra región fría llamada Niflheim, uno de los lugares que existían antes de que se formara el mundo. La única fuente de calor de esta región procedía de un manantial termal llamado Hvergelmir, cuyas aguas brotaban del suelo. Cerca se hallaba la morada de Hela, reina del inframundo, donde iban a parar los malhechores.
En las ramas, en el centro mismo de Yggdrasil se hallaba Midgard, el mundo de los humanos. Se creía que ocupaba el corazón del cosmos, y ciertas fuentes afirman que el puente Bifrost lo unía a Asgard. Sólo los dioses y las almas de los héroes de camino a Valhalla, morada de Odín en Asgard, podían cruzar dicho puente, que vigilaba el dios Heimdall.
Otros mundos que también se apoyaban en las ramas de Yggdrasil eran Svartelfheim, hogar de los elfos oscuros, y Gimle, hogar de los elfos de la luz.
Algunos relatos del cosmos nórdico sitúan estos mundos en distintos lugares. Según una versión, Jotunheim se alzaba al este de Midgard, separado del mundo humano por bosques y ríos. En otros, Gimle es una sala reluciente en lo alto de los cielos. En la Edad Media, cuando los escritores escandinavos recibieron la influencia de la cultura cristiana, vieron a Gimle como una especie de cielo, y los elfos de la luz adoptaron virtudes de los ángeles cristianos.
Bifröst
Los mundos divino y humano estaban unidos por un puente en forma de arco iris que brillaba en el cielo por encima de Midgard. El escritor islandés Snorri Sturluson lo bautizó como Bifröst, que deriva de un verbo que significa "relucir". En el fin del mundo, los guerreros de Muspell, el abrasador mundo del sur, lo cruzaron para enfrentarse a los dioses de Asgard mientras Heimdall tocaba su cuerno para reunir a los dioses para la batalla final.
El reino de Nidhog
El reino del dragón o serpiente Nidhog se hallaba a los pies de Yggdrasil, paraje ambiguo lleno de peligros y presentes especiales. El principal de estos últimos era la sabiduría, que fluía del pozo de Mimir, uno de los tres pozos situados al pie del árbol. Los otros dos eran más peligrosos. Uno era el del sino y lo guardaban las Normas, que controlaban la longevidad de la vida humana; el otro era un pozo de veneno, fuente de los ríos de Hel, el inframundo nórdico. Alrededor de estas regiones oscuras se deslizaba Nidhog, que se alimentaba de la carne de los cadáveres humanos y roía las raíces de Yggdrasil.
Anónimo | 17 de febrero de 2013, 8:11
Gracias por la lectura.
MC | 17 de febrero de 2013, 9:33
Muchas gracias, me alegro de que te haya gustado