LA CUANTIFICACIÓN Y LOS
CUANTIFICADORES
Cuantificar es expresar la medida
de algo. Este proceso puede llevarse a cabo bien numéricamente (tres flores), bien con otras
formas de estimación menos precisas (mucho
calor, comer poco).
Las nociones que se cuantifican
son de tres tipos: individuos (entidades que se
pueden enumerar, designadas por sustantivos contables: dos libros); materias o sustancias (entidades
que no se pueden enumerar), denotadas por sustantivos no contables (mucha agua); propiedades o procesos, expresados a través de
adjetivos (más alta) o verbos
(Vivió mucho).
Se consideran cuantificadores aquellas palabras que expresan
léxicamente cantidad. Constituyen una clase semántica de carácter transversal,
que agrupa palabras pertenecientes a distintas categorías gramaticales, como
sustantivos (una docena de
huevos), adjetivos (los primeros
días), determinantes (pocos
libros), pronombres (Nadie lo
sabe) o adverbios (más lejos).
CLASES
DE CIANTIFICADORES
Atendiendo a su contenido, los
cuantificadores se clasifican en numerales, cuando establecen algún tipo de
cómputo basado en los números naturales, y no numerales, cuando la
cuantificación se hace por otros procedimientos.
§ Los
numerales se subdividen en cardinales (dos), ordinales (segundo), fraccionarios (medio)
y multiplicativos (doble).
§ Los
no numerales pueden ser fuertes o universales, como ambos, cada, todo, que abarcan la totalidad de los miembros de un
conjunto, y débiles o indefinidos, divididos, a
su vez, en existenciales (alguno, nada),
de indistinción (cualquiera) y
evaluativos (muchos, bastantes). Se
asimilan a los cuantificadores débiles
los determinantes y adverbios comparativos (más
libros que él, menos caro que antes).
Fuente: Gramática de la lengua española, RAE.
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